lunes, 5 de abril de 2010

172. mis últimos días

Podría decir que mi primo necesitaba la compu, que se había roto la conexión, o que estaban de huelga los empleados de los ciber de la zona, pero no. Si estuve sin escribir durante estos largos días, fue simplemente porque no tuve ganas.

Hay silencios que lo dicen todo y simplemente me aferré a ese mensaje sin palabras. Pero después pensé que alguien podría pensar que me pisó un tren, y así como habría personas que se contentarían, otras se preocuparían, y entonces decidí volver a teclear en mi vida a diario sobre mis últimos días sin mucho por contar, pero ahora con ganas algo renovadas.

En los últimos tiempos tomé decisiones importantes en mi vida, como cada una de las que formé parte. Y no me refiero solamente al cambio de escenario, sino a las distintas curvas que hacen al camino.
Obviamente que antes de comenzar la escritura de este diario íntimo S. XXI, había vida y anécdotas para ser recordadas por siempre. Pero fue el 1 de enero del 2009 que comencé con mis memorias sin olvidos y entonces todo lo que comencé a escribir en estos últimos tiempos fue tomando un color y una forma que me permitían verme a mi mismo en el espejo de la escritura.

Me acuerdo que trabajando en la editorial escribí un artículo para una revista que hablaba sobre el mundo blog y la política del aire cibernético. Hace tres días me reencontré con ese escrito y me di cuenta que estoy yendo un poco a contramano de este loco y querido mundo de personas y personajes (como en la vida misma).
Y aunque sigo en contacto con mis amigos (hermanos), ahora la frecuencia debido a la distancia es menor. Casi lo mismo sucede con las personas de los otros barrios blogueros, aunque por otras excusas menos evidentes. Pero aunque sigo en contacto vía mail con algunos, a otros los he perdido en el camino, como hice con otras personas de otros tiempos y otras vidas.

El tema es que en los últimos tiempitos los nuevos aires desestabilizaron un poco el vuelo y de pronto me vi cayendo y esquivando los brazos abiertos para estos aterrizajes de emergencia.

La mezcla de: Un 24 de marzo que me duele porque sé que de haber estado andando por aquellos tiempos, seguramente hoy sería uno de los que no están. Un aniversario de la guerra del 82 en que las balas mataron a la paloma de la paz y a otros pibes como yo. Y una Semana Santa en que más allá de la liturgia, me comí un conejo dulce en una extrema soledad.
Y todo esto me hace pensar en tantas cosas, en tantas personas, en tantos corazones, en tantas esquinas, en tantas vidas que desde el séptimo piso los recibía siempre y para siempre, sin saber que esa clase de eternidad es inexistente…

Pero hoy es lunes, y aunque odio los días lunes, acá me encuentro nuevamente haciéndole cosquillas al teclado, en la compañía de gente nueva que voy conociendo, junto a un mate fiel, una gorra de lana que me mandó de regalo mi sobrina Tami, un nuevo corte de pelo que no debo agradecerle a mi primo Máximo, y unas ganas de continuar que lo demuestran estas palabras que confiesan mis sentires y decires de esta, mi vida a diario.

9 comentarios:

Ana dijo...

Se te echaba de menos, pero era mejor pensar que con tu nueva vida estabas tan ocupado que no te acordabas de nosotros antes que saber que en realidad andas como medio perdido =( Todo vuelve a su cauce, dicen.
Un beso :)

Laperraseescapó dijo...

Dicen que a veces hace falta perderse para volver a encontrarse. Y no sabés como entiendo tus palabras.
Los cambios siempre traen planteamientos que uno no espera y a los cuales cuesta reacomodarse.
Espero que tu vuelo se estabilice y puedas vislumbrar el sol en el horizonte.
Buenas vibras y besotes encontrados en el camino.

Lolita y El Profesor dijo...

Bienvenido seas entonces, Gastón.
Y sí, esas chatas me están llevando a cambiar de vida y ciudad de residencia, ¿a qué negarlo?
Curioso: hace más de cuarenta y cinco años, me producían el mismo efecto.
¿Sera el corsi e ricorsi della storia.
Un abrazo, amigo nuestro :)

El Profesor

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Siempre que te ponés reflexivo yo me pongo igual después de leerte.

Espero que estés bien.

besotes

Gastón dijo...

Ana: Para poder encontrarme, primero debo perderme
(igual voy dejando piedritas en el camino, jejeje)

Laperraseescapó: Acabo de dejarle acá arriba a Ana la frase que vos también me regaslaste.
Y sí, es cuestión de amoldarse y acomodar el paso en esta nueva vida de paisajes nuevos.

El Profesor: Bueno, es que seguramente se haga camino al andar con un par de cómodas chatitas en los pies, no?

Yo NO SOY Cindy Crawford!!: Ok, veré de ponerme más sexual en mi próxima aparición por escrito y también contagiarte.

Terapia de piso dijo...

A veces uno necesita reacomodarse. Readaptarse. Y volver sobre sí mismo.

Qué bueno tenerte con esos ánimos repotenciados.

Abrazo, Gastón.

José Roberto Coppola

Rouse dijo...

Sabes hace poco tiempo pase por un moemento de reflexión como ahora lo vives, me preguntaba que es lo bueno que es lo malo, que es lo he dejado de bien a este mundo, y aveces ninguna respuesta es asertiva simplemente no las hay no las encuentras!! pero el simple hecho de pensar que cada día es una buena oportunidad de hacerla en grande o caerme en el hoyo es parte de la dulce demencia de nuestra vida a diario!!! lo único que no hay que perder es nuestra esencia esa pequeño motorcito que nos da el empuje para hacer lo que nuestro corazóncito inconformista desee....saludos!!

BENHUMEA dijo...

Hay razones que por ser del corazon, la razon no comprende...y resuena imposible en los huecos vacios...que bueno que hallas decidido regresar a llenar los hoyuelos con letras...

Soy nueva por aqui, pero me gusta mucho lo que leo...

Te dejo unos cordiales saludos y te hago una atenta invitaicon para leer mi blog -otro de una persona normal-

Gastón dijo...

Terapia de piso: Sí, mi ánimo anda así y espero que las baterías duren más que en los últimos tiempos.

Rouse: Bueno, si me hago tantas preguntas y doy tantas vueltas al universo de mi cabeza es justamente buscando la verdad, la esencia, el envión que me lleve al abismo de saber un poco más de mí y mis alrededores durante mi vida a diario.

Benhumea: Sip, algunos "hoyuelos" los cubro de letras y sentires que son parte de mi vida, de mis latidos, y parte del aire que anda por ahí.