miércoles, 21 de abril de 2010

174. huellas en el mar

El micro salió demasiado temprano, y aunque el viaje no es demasiado largo, convenía llegar con tiempo para inscribir la fotografía en el concurso ya que era el último día y en tres días se daba a conocer los resultados.
−¿Le vas a poner algún título a la foto? ¬−le pregunté a Caro que estaba sumergida en su netbook.
−Sí, pensé en ponerle: “Los ojos del alma”.
−No es como muy melancólico eso.
−Es el estado en el que te encontrabas el otro día, no?
−Sí, es verdad… Por suerte vos aparecés y lográs despejar esa humareda a mi alrededor.
Carolina no dijo nada. Sólo me miró con una sonrisa deliciosa y siguió con sus tareas cibernéticas.


Cuando llegamos a la Terminal, nos tomamos un taxi y fuimos directamente a anotarnos al Concurso.
−Después vamos a tener tiempo de relajarnos, pero lo primero es lo primero −dijo Carolina, y tenía razón.
Una vez que se terminó con el papelerío y demás, nos fuimos a comer a un barcito en la playa. Ella unas rabas y yo un revuelto de papa y huevos.
El día estaba muy lindo como para pasar la tarde en la playa, por lo que después de almorzar nos fuimos a dejar los bolsos en el depto que el padre de Carolina tiene a pocas cuadras de ahí.

Yo no conocía Mar del Plata y ella se entusiasmó con la idea de hacerme de guía turística ya que eran frecuentes sus veranos en estas arenas.
−Una sola vez vine al Casino con mis amigos y casi nos quedamos a vivir acá −le hice saber de una las tantas anécdotas y recuerdos que llevo siempre en el bolsillo.
−¿Casi se quedan a vivir acá? ¿Tanta plata ganaron? −preguntó sorprendida.
−No, al contrario. Casi nos quedamos acá a vivir porque nos desplumaron en cinco minutos y no teníamos para pegar la vuelta.

El depto lindo. Tres ambientes. Balcón sin vista al mar pero a pocas cuadras del mismo. De todas maneras, la tensión del concurso y algo del viaje nos hizo bostezar de buena forma y decidimos hacer una siestita antes de irnos para la playa.
Carolina ocupó la habitación que siempre le perteneció y a mí me ofreció la que era de los viejos.
Hicimos algún que otro chiste sobre sonambulismos y quedamos en que el primero que se despertaba hacía levantar al otro para aprovechar el resto del día.

Creo que no habían pasado cinco minutos de haberme dormido cuando siento a Carolina que me toca el hombro.
−¿Ya hay que levantarse? −pregunté confundido.
−No −contestó mientras se metía en la cama que yo ocupaba.

Desde ya que aprovechamos a full el resto del día… hasta el otro día.

8 comentarios:

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Esa es mi polla.

Jum!

Lolita y El Profesor dijo...

¡Gastón!
Elocuente, Carolina, para pedir "cucharita". ¬¬
Abrazo siestero

El Profesor

BENHUMEA dijo...

Tengo una envidia nueva...jajajajajaja Carolina por supuesto¡¡¡¡¡ q buena narracion tanto q me pierde, suena bien real...dime que es solo ficcion por que no me la creo¡¡¡¡

Ana dijo...

¡Juas! Qué buena tarde ^^ jejejeje

Gastón dijo...

Yo NO SOY Cindy Crawford!!: Debo confesarte que leí tu comentario con cierto acento español y...

El Profesor: Bueno, estábamos en la costa pero no precisamente en verano, jejeje

Benhumea: Ficción? Es simplemente mi vida a diario y te lo digo yo, es decir, Gastón. ¿Qué más?

Ana: Así comenzó la tarde, y la noche...

Pulgamamá dijo...

Me encanta Carolina para ti, pero eso lo he dicho con todas las otras. Igual creo que alguien asi es lo que necesitas en ese momento. Apurate con el resto de la historia.
Sabes, creo que definitivamente lo tuyo es escribir sobre las mujeres, sobre tus encuentros amorosos, sobre el amor y la sensualidad. Piensalo para tu novela!

Rouse dijo...

Me gustaría poder ver los ojos que expresas en esa imagen, es bueno cuando duermes con alguien!!! oh!!! que más podria hacerte sentir especial en ese momento??...

Gastón dijo...

Extranjera: Mi novela? Bueno, para ser sincero no pensé nunca en eso pero sí muchos lectores me lo han sugerido. ¿Querés ayudarme?

Rouse: Una mirada (de esas) valen más que mil comentarios, jejeje
Y te digo... Hay tantos momentos, personas, y momentos con personas que me hacen sentir tan bien, tan especial...