Ya sé que hace un tiempo prudencial e irrespetuoso que no escribo, pero hay una razón (y varias pasiones) para la excusa perfecta, y es la siguiente…
El domingo último (en todos los sentidos) y tan cruel por lo mismo, amaneció sin amanecer. Abrí los ojos y reconocí el lugar exacto en el que me encontraba, mi departamento de un 7º piso en mi Buenos Aires querido.
Sin embargo la mitad de la cama estaba vacía y lo último que recuerdo fue el cuerpo todavía caliente de Laura y su respiración jadeante acompañando la mía.
El mediodía se presentó por la ventana y a falta de yerba, un capuchino me acompañó en este despertar en soledad.
Pero no me sentía solo. El lugar donde me encontraba y estuve en estos últimos días era mi refugio de siempre, mi depto de aventuras, mi lugar en el mundo propio, mi descanso en las horas necesarias, mi reparo de aromas conocidos.
A pocas cuadras mis amigos de la vida, un poco más allá la próxima mujer-amor con la que me vaya a cruzar, a una distancia incalculable un nuevo viejo amor que se va sin final feliz aunque la noche haya dicho lo contrario.
Laura se fue y ya sé que no va a volver.
Quizás por su hijo…
Quizás por su ex marido…
Quizás porque necesita aire…
Quizás porque se dio un gusto…
Quizás porque hay secretos sin compartir…
Sin embargo, y quizás porque casi sin darme cuenta le di mi corazón, fue que estuve este tiempo sin escribir. Estaba demasiado transparente y exageradamente vulnerable.
Cuando me di cuenta de su presente ausencia me llevé rápidamente la mano a mi pecho y me quedé en silencio escuchando, sintiendo.
El tilín del corazón todavía se encontraba sonando dando cuenta que seguía vivo.
Y eso siempre será una buena señal!
No juzguemos para no ser juzgados
Hace 5 días
7 comentarios:
Las razones de una mujer, estimado Gastón, fueron, son y serán un misterio en ciertas circunstancias.
¿Qué remedio?
Sólo queda recordar lo que uno disfrutó esos momentos que quedaron en nuestra mente y la tibieza en nuestro corazón...
Abrazo comprensivo,
El Profesor
Se cierra un ciclo. La vida es un constante cerrar y abrir etapas. Pero nunca abrir sin haber cerrado antes. Es un buen consejo. Aunque generalmente, a ustedes los hombres, les resulta más fácil abrir nuevas puertas sin haber cerrado la última. En fin. Laura no era para vos. Te ibas a complicar.
Te dejo un beso de madre en la frente.
STEKI.
como?, se fue? no volvio mas? explicanos un poquito mas corazon que paso...estate bien, si?
besito!
Ola querido Gaston, las cosas son asi... y los amores vienen y luego se van... lo que nos cuentas hoy me ha gustado bastante por que justo yo me siento asi... y comparto contigo tu ultimo parrafo... sigo escuchando al corazon, eso es un buen motivo¡¡
Mil besos.
No sé lo que he soñado
en la noche pasada.
Triste, muy triste debió ser el sueño,
pues despierto la angustia me duraba.
Noté al incorporarme
húmeda la almohada,
y por primera vez sentí al notarlo
de un amargo placer henchirse el alma.
Triste cosa es el sueño
que llanto nos arranca,
mas tengo en mi tristeza una alegría...
¡Sé que aún me quedan lágrimas!
Gustavo Adolfo Bécquer
Tu útlima frase me ha recordado esta rima de Bécquer. Como me gusta tanto, te la regalo :)
¡Besos!
Y... llega un momento en que el corazón pide trotar y pastar por prados tranquilos... y si llegó ese momento?
Alejese de las señales (de tránsito y tacos) y consiga una chacrita a kilómetros de la Ciudad de la Furia, donde pueda dormir tranquilo y despertar acompañado todas las mañanas... (usted me entiende, hermano, siempre le hablo metafóricamente, no?)
Un abrazo, lo leo siempre, aunque ande colgado con los comentarios...
Cuideseme mucho, y a ver cuando charlamos!
Pues como todos han dicho, mientras el corazón no deje de latir, metafórica y literalmente, el juego de ir y venir de los amores jamás termina. Hay quienes tienen relativamente más suerte al encontrar al "único y más grande amor", pero yo digo ¿no es maravillosa la posibilidad de conocer y amar a más de una, dos, tres personas únicas y diferentes? Recuerdo que alguna vez comentabas que en algçun punto uno sólo quiere estar tranquilo, así que creo, que a veces es preferible, tener varias temporadas (pequeñas o largas) de tranquilidad en formas distintas, a despertar todos los días junto al mismo lugar... aunque no reniego que también tiene su encanto.
Animo, y que tu corazón siga latiendo y tú lo sigas escuchando.
Un abrazo desde México.
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