martes, 24 de marzo de 2009

65. ausencias tan presentes (24 de marzo – nunca más)

Me encuentro sentado en este café que cada tanto me recibe junto a mis cuadernos, biromes, meditaciones, penas y alegrías.
Pienso en Gracián y el café con crema que me trae siempre con esa sonrisa indeleble que lleva dibujada en su cara, justo debajo de ese fino bigote. Se acerca hasta mi mesa sosteniendo la bandeja con la taza apropiada al pedido y su vez con algún comentario futbolístico que largarme con respecto a la tapa deportiva del diario de los lunes, pese a que su equipo, desde hace tiempo, no juega los domingos.
Sin embargo, Gracián repite esa escena que sólo aparece en mi mente, ya que jamás hubo alguien como él en este bar que hablara de esa forma, que me trajera mi pedido, que opine de fútbol con tanto humor, y mucho menos que se llame Gracián.

Entro a la peluquería y le pido a Marcelo que me corte como siempre lo hace cada vez que me presento en su local, cada dos o tres meses, y me acomodo en su asiento giratorio.
Con la mirada clavada a la imagen nuestra en el espejo, hablamos tanto de historias inventadas del barrio como de auténticas filosofías sin resolver de la vida.
Y nos enojamos con los políticos de turno y los precios por las nubes, y festejamos alguna ocurrencia recordada, y nos damos ánimos antes algún percance familiar y/o amoroso, y tanto intercambio de frases hechas y deshechas en lo que dura el corte...
Sin embargo, Marcelo jamás supo del remolino que forma mi pelo en esa parte de mi cabeza, simplemente porque no llegó a abrir su local soñado, ni a utilizar esos diversos billetes ahorrados a base de sacrificios de dietas forzadas y sueños postergados.
La ocasión no llegó ni se va a presentar. Y Marcelo, con su oficio de peines y tijeras, tampoco.

El cura de la parroquia a la que fui a confesarme, no por nada grave, simplemente porque tenía necesidad de hablar un poco sobre algunas penas del alma.
Mario, el del taller al que llevo el auto desde hace tiempo, ahora con ese ruido espantoso que hace adelante, y él, como un artesano de la mecánica automotriz que es, cambia el sonido indescriptible por el de un violín recién salido de afinar.
Nely, la profesora de Lengua que tuve en aquel Cuarto Año de la secundaria, y que además de sus clases exclusivas de la materia, también se hacía de tiempo para charlar con todos nosotros (adolescentes con ansias de saber más y más) sobre los adoquines de las calles que estaríamos por caminar y en los cuales ella ya había dejado en cada uno las huellas de sus pasos.
Mi tío Enrique, que fue el único que se animó a subirme a su auto y enseñarme los secretos del arte del buen manejo, durante los domingos de soledades y la primera que siempre tanto me costaba.
Sin embargo, el cura de la parroquia no pudo escuchar las inquietudes de mi alma, como tampoco encontré a Mario con sus manos engrasadas de trabajo en el taller. Mi tío Enrique no me llevó jamás a practicar manejo, no por falta de tiempo, sino por otra ausencia más difícil de llenar. Casi lo mismo que sucedió con Nely, la profesora de Lengua que jamás tuve en todo el secundario, sabiendo que si hubiese estado en alguna de esas aulas, habría sido una profesora inolvidable.


Hay un vacío en mi vida que se llenó con la ausencia de todos ellos, sólo una parte de todas las personas que se me pudieron cruzar en mi camino, en mi vida, y que sin embargo no lo hicieron, y que sin embargo no pudieron.
Y a ellos les debe pasar lo mismo con cada uno de nosotros, ya que no llegamos a compartir pedazos de tiempos, detalles en común, zapatos iguales, bromas compartidas, historias sin escribir.
Será por todo esto que yo también soy parte de ellos, de cada uno de los que están en imágenes, en recuerdos, en corazones.
De cada uno de los que hoy no están y pudieron haber estado.
De los que pudieron haber sido y hoy son parte de cada uno de nosotros…
Como yo…
Como vos…
Como ellos…
Como nosotros…
Como cada uno de nosotros.

18 comentarios:

Carolina_USMLE dijo...

Un dia para recordar...es tan triste,
NUNCA MAS!!!!
Besos de paz

Cecilia dijo...

Ojalá algún día el 24 de marzo sea un dia de festejo: de la justicia.
Espero no tener 80 años y seguir con este día triste como feriado por tan dolorosos motivos.

(besos esperanzados)

(Comentario al margen:No te encontré entre los blogs argentinos. Si encontré Call me crazy que está entre los primeros blogs personales.)

Paula dijo...

Gastón, no voy a agregar nada porque ya lo dijiste vos.
No es lo mismo decir "desaparecidos" que llamarlos a cada uno por su nombre.
Te dejo un abrazo y me llevo, con tu permiso, tu link para agregarte a mi post de hoy, porque me gustó mucho, por lo intenso y humano, así como sos vos.
Al abrazo, sumale un beso!!!

Lu dijo...

Excelente. Original, distinto. Muy bueno el post.

Saludos.

Ana dijo...

He leído ya en un par de blogs sobre el 24 de marzo pero no sé qué se conmemora :S Llámame inculta pero es que nunca he oído hablar nada sobre este día...
Un texto precioso.
Un beso.

Kosheetah dijo...

Recuerdas para honrar la memoria de los que ya no están. Y aunque triste, debemos recordar esos funestos hechos del pasado para que no se repitan en el presente. Para que nuestros jóvenes tengan idea, para que también honren, que respteten, que entiendan y nunca olviden.

Besos para honrar.

Matías dijo...

Excelente post, Gastón.
Un abrazo grande.

Steki dijo...

Excelentemente bien dicho, Gastón.
Gracias por unirte a la MEMORIA de los nombrados en mi blog.
NUNCA MÁS.
Baci, Steki.

Cecilia dijo...

Nunca, un comentario, llega a expresar lo que generan tus palabras. Nunca alcanza.

Besos dulces para un dulce.

(y me puse celosa, que le andás "haciendo el novio" a otras... Pero si te hace feliz todo bien.)

Violeta dijo...

Excelente Gaston.

Un beso y gracias por tus palabras.

Terapia de piso dijo...

Qué existencias las nuestras. Qué vacíos los propios. Qué agobios los que nos llenan.

Qué agujeros.

Saludos.

José Roberto Coppola

Anónimo dijo...

Que estos hechos no se olviden, deben formar parte de la memoria, para que "NUNCA MÁS" sea NUNCA MÁS...sin palabras Gastón, me conmueve esa forma de escribir que tenes, no se podria agregar nada más a este relato tan significativo, adelante continua escribiendo así!!

Un beso grande!!

Cris dijo...

No tuve consecuencias directas de la dictadura... quizás por eso no la vivo con tanta intensidad como otras personas. Entiendo su lucha, entiendo sus búsquedas. También entiendo que hoy en día tanto en Argentina, como en mi país, todos los días nos quedamos sin un MARIO, MARCELO, NELY, ENRIQUE, etc. Y creo que es válido no olvidar y mantener en la memoria, pero quizás sea más válido unir esfuerzos, para que no haya desaparecidos de ningún tipo hoy en día también vivimos con miedo.
Me gusto mucho el post
Besos en marcha

Jane dijo...

Me encanta lo que escribis.

Laperraseescapó dijo...

Excelente post Gastón!!! A medida que leía sentía ese hormigueo en el alma que te generan las cosas que calan hondo. La emoción me ganó.... bajaste al plano MÁS HUMANO un pasaje nefasto de nuestra vida como país de lo que se habla de un modo más histórico.
"NUNCA MÁS"
Besotes

Gastón dijo...

Che, buenísmo a todos los que no olvidan y recuerdan a su manera (y con escritos tan poderosos) días como el 24 de marzo.

Y vos, Ana, no te sientas mal por no saber...
Nadie puede saber de fechas, conmemoraciones y demás.
Te cuento:
El 24 de marzo de 1976, asume acá en Argentina, un gobierno militar, antidemocrático, y que, pese a tener en la historia otros más, fue el más sangriento y devastador de todos.
Torturas, censuras, miedos, bebés robados, secuestros eternos, y 30 mil desaparecidos.

En este día en particular, la mayoría nos juntamos para pedir Justicia
(sí, más de 30 años después seguimos pidiendo justicia), y nos encargamos de que se recuerde y que los más chicos sepan y no olviden, porque algo así, no puede volver a repetirse... NUNCA MÁS.

Ana dijo...

Vaya, se me han puesto los pelos de punta :S Algo parecido a lo que pasó aquí en España con el franquismo. Aunque, que yo sepa, no robaron bebés ni hubo secuestros.
Espero que NUNCA MÁS se repitan este tipo de sucesos en ningún sitio, nadie se merece algo así.
Un beso y gracias por la explicación :)

Guadyx dijo...

Estoy chusmeando tu blog hacia atras... intentando llegar al 1º post para leer como comienza esta historia... y de golpe caigo en esta entrada... y ahora estoy con lagrimas en los ojos, hoy 4 de marzo, pensando que cualquier dia debiera ser 24 de marzo, para recordar, para no olvidar y para no perdonar.
Gracias por este sacudon! esta bueno tu blog...