martes, 22 de febrero de 2011

216. tiempo "perdido"

El tiempo puede ser un amigo en las malas como un asesino serial en las buenas.
A través del tiempo podemos apreciar en su totalidad las personas que deciden quedarse a nuestro lado y las que saludablemente emigran en dirección contraria.
Y es por eso que a esta altura de mi vida, cada día (tarde y noche) que pasa valoro tanto la relación recíproca que supe construir-fortalecer-aumentar-mantener con cada uno de mis amados amigos.

Y esto del tiempo viene porque, precisamente, durante el tiempo en que estuvimos algo alejado de ellos de una manera física por mi ida de la ciudad, y más allá e que la comunicación y los sentimientos se mantenían intactos, algunas cosas no se perdieron pero quedaron en pausa.
De todas maneras, cuando pegué la vuelta (“…porque siempre hay un regreso…”) nos pusimos al tanto de todo, menos de un rito que veníamos llevando y que se había visto interrumpido por la misma causa de mi lejanía.
Y la verdad es que después yo no me atreví a preguntar sobre el tema, y nadie nunca hablo del mismo, y sn embargo…


El sábado a la noche bajé al 2º piso a cenar una exagerada picada a lo de Sebas.
Me alegré de manera egoísta que se haya elegido un lugar que quedaba cinco pisos más abajo que mi depto. No por tener que realizar ningún viaje largo, sino por la lluvia que andaba pululando por la ciudad.
De todas maneras, y como es costumbre, a la cita asistieron todos.
Nunca hay una excusa para estas reuniones más que la celebración de la amistad, pero esta vez Sebas andaba con ganas de mostrarnos su última adquisición… Un LCD de demasiadas pulgadas.

Lo felicitamos por el nuevo integrante y nos preguntamos qué peli podríamos mirar para estrenarlo.
Me ofrecí a ir a buscar algunas al depto o elegir entre las cientos que tiene Sebas, pero parecía que había una sorpresa preparada para mí, porque fue Pablo el que le pidió a Ana que sacara lo que tenía en la cartera y dijo:
–¿Y si lo estrenamos con esto antes de que sea demasiado tarde?

Cuando me di cuenta de lo que se trataba, sentí una emoción por dentro, pero no por lo que era, sino por lo que significa para mí y sé que significa para el grupo.

Nos acomodamos en nuestros lugares frente a la gran pantalla, conectamos los parlantes, apagamos las luces, suspiramos hondo y, poniéndonos al día con nuestro propio manejo del tiempo, nos dispusimos a pasar el sábado on the night con la entrañable y postergada maratón de la última temporada de Lost.

6 comentarios:

Hada dijo...

Aún me queda terminar la maratón de Lost. Pero no es lo mismo sin vos...

Agustina ♥ dijo...

Jaja ¡Qué grande Lost!
"Oh Mirtha, tengo que decirte que me muero por Lost. Todo lo que quiero es estar encerrado y mirar desde la cama una temporada o dos...♫"

LuNeRa dijo...

Que mejor que pensar en el tiempo al calor de la última temporada de Lost...

Aunque creo que habremos bastantes que nos quedamos también con la duda, ¿y el fantasma desapareció o volvió?

Un abrazo!

Tania

Yo NO SOY Cindy Crawford!! dijo...

Y dale con Lost. ¡Me siento excluída porque a mí no me gustó!

Gastón dijo...

Hada: Nada es lo mismo, absolutamente nada...

Agustina ♥: "...cuando se estrelló, el vuelo 8-15 en la isla de Lost, se cruzaron varios caminos por "casualidad"..."
Jajajaja...
Y acá, fuera de la isla y en la gran ciudad, los caminos se siguen cruzando...

Gastón dijo...

LuNeRa: Como todo fantasma que se precie de tal... Aparece y desaparece según le da las ganas, jejeje

Yo NO SOY Cindy Crawford!!: Bueno, no te preocupes... Yo no vi ninguna Indiana Jones y me la banco solito, jejeje.
(aunque lo tuyo es imperdonable, esto de no haberte gustado Lost...)