Estaba por comenzar a escribir algo pero me di cuenta que este es el día de escritura Nº 90. Y aunque no soy de darle mucha bola a los números, no puedo dejar de ver el nueve y el cero juntos e irremediablemente asociarlo con el Mundial de Fútbol de Italia.
Obviamente para los argentinos tiene un sabor especial y un recuerdo imborrable, sobre todo por la canción que para la gran mayoría fue la más linda de la historia mundialista.
Pero la cuestión principal es que esas imágenes futboleras me llevan a una de las épocas doradas de mi corta existencia.
Y es cuando andaba por mis 15 años, y que aunque no tuve fiesta propia, sí tuve muchas ajenas.
Esto me lleva a revivir imágenes de amigos secundarios con sus primeros trajes y los mismos cigarrillos fumados frente al espejo del baño para practicar el no morir en el intento.
Esas fiestas eran muy esperadas, más allá de la cumpleañera en cuestión, por todos nosotros que nos sentíamos un poco más grandes con nuestra elegancia sport y las mujeres con sus vestidos de gala.
Pero aunque el mozo no dejaba vino en las mesas, siempre aparecía alguna botella debajo de ella, cubierta por el mantel largo y la complicidad de un poco de propina.
En ese tiempo yo no fumaba y mi primera gran borrachera fue un par de años más tarde.
Yo me encontraba fresco, despierto, peinado y bien vestido para encarar a la chica en cuestión. Y el vals sólo era un precalentamiento para mostrarnos formales y entrar en calor ante de los bailes programados.
Recuerdo a Mónica, compañera del colegio, con la que tenía buena relación (social) y hablábamos siempre a la salida del cole y en algún recreo sobre trivialidades de esos años dulces, casi inocentes, y sobre todo felices.
Mis indirectas eran bastante directas, y ella en su endemoniada timidez, solía responderme con el lenguaje universal de una sonrisa, leve pero sincera.
La fiesta era buena y las condiciones climáticas y exteriores hacían que esa noche de algún cumpleaños de 15, sea propicia para declararle mi amor y que su sonrisa quedara atrapada entre mis besos.
Siempre había una ventana, un balcón, una fuente en el jardín que fomentaba estos momentos especiales. En este caso fue una parte en penumbras del salón y unas mesas vacías que vestía de reservado.
La vi en esa oscuridad porque mi mirada comenzaba en esa época a adquirir propiedades felinas que ya no me abandonarían.
Me fui acercando lentamente, con el temblor en las rodillas y los zapatos inseguros.
Ya sabía qué le diría, cual sería la frase que abriría las puertas del cielo, la tenía memorizada después de imaginarla, estudiarla, y haberla practicado tantas veces frente al espejo.
Ya estaba decidido y me encontraba a 23 centímetros de ella cuando apareció un pibe desconocido y sus bocas (ajenas) se unieron salvajemente, sin percatarse siquiera de que yo me encontraba en una primera fila maldita siendo testigo de una película demasiada mala en vivo y en directo.
A partir de mi desilusión en aquella fiesta, aprendí mucho sobre el amor y el desamor.
Hoy, habiendo pasado otros 15 años y un poquitititititito más, me doy cuenta que en temas como el amor y el desamor, uno nunca deja de aprender.
A los golpes y a los latidos, uno nunca deja de aprender… por suerte.
Cuando el horizonte se ve turbio
Hace 1 semana
12 comentarios:
¡Linda historia...!, y ciertísima conclusión...
Saludos,
♥
las primeras lecciones son que el amor duele un poquito, benditas sean esas lecciones!! me hiciste acordar de una promesa de novio que tenia cuando andaba por los 15(taurino, tambien) hoy solo se de él que se opero la nariz(ja!)
los pichichos son un encanto, no temas!
Mi lindo gasche, ja jaa...
¿Mirada Felina? Ñauuuu
Malditas lecciones, yo recuerdo como le ayudaba en las tareas de matemáticas al chico que me gustaba y como pedí crecer 3 centímetros más para entrar con él al acto de graduacción.
Esas desilusiones son las que nos levantan de nuevo.
Besitos con sabor a recuerdo.
Cuando empecé a leer fútbol, pense: Gastón, quiere que dejemos la baba... pero después todo volvió a la normalidad.
El amor no tiene patrón a seguir, lástima, alegra y sorprende.
Besos desde el pupitre
A la distancia los recuerdos se dulcifican bastante. Se era inmensamente feliz o terriblemente infeliz. Sin términos medios.
Besos
increibles que estos primeros memoentos de amor nos hagan eso, marcas profundas en nuestra memoria..que van deelineando alguna que otra cosa en estas cuestiones..
Besos de quinciañiera ;) .
Que recuerdos, yo me puse de novia por primera vez en un cumpleaños de 15, ahora me acuerdo.
El muy idiota me rompio el corazón meses despúes.
Y por suerte nunca se dejamos de aprender!!
Un beso
¡¡¡Uy si habré hecho macanas en los "asaltos"!!!
Recuerdo una noche, creo que en mi cumpleaños, haberle querido dar una rosa a una enamorada... y tirarle medio vaso de agua encima, al engancharme con una espina...
De amor y desamor... y de mucho mucho más... ¡Pero como nos sirve ahora!
¿Mirada felina dijiste? Mira vos, es de familia nomás...
Abrazos con garras.
si,por eso me reia =)
Por suerte,no dejamos de aprender.es lo que nos fortalece como seres.
aunque a veces reniegue por situaciones que no tenia ganas de pasar,en definitiva enseñan.
un beso grande!.
cosas que pasan... a todos nos gustó alguien y éste miró al de al lado...
Besos
Mina H.: Todas las historias son buenas.
El tema es qué clase de final tienen, jejeje.
Gracias por pasar y desde ya... Bienvenida a mi vida (casi) a diario.
Besos primerizos
Euge: Algunos hombres hacen cualquier cosa por cambiar el olfato.
Espero que la lección aprendida no sea: "taurino, no gracias".
Todo bien con los caninos...
Sé de amors perros.
Besos intactos
Puta desgraciada: A veces tres centímetros de más o de menos pueden definir tantas cosas...
Besos felinos
Cris: Mi intención no es fomentar la baba ni extinguirla.
La cosa es que no manchen el teclado, jajaja.
El amor es demasiado poderoso, y por eso hacemos tantas locuras en su nombre.
Besos desde la última fila
Luna: Es que la distancia nos permite la exageración sin exagerar demasiado, y el adorno de la historia pasada.
Besos en presente
Flora: Quién olvida al primera amor?
Si uno supiera las huellas que quedan, creo que haríamos un esfuerzo mayor por no equivocarnos tanto con las otras pesonas.
Besos treintañeros
Violeta: Es imposible ponerse de novio/a tan temprano y que el corazón salga intacto.
De hecho es imposible que el corazón llegue intacto al final de nuestras vidas, más allá de la hora en que lleguen los diversos amores.
Besos sin romper
Ángelos: Ohhh... Los queridos e inmortales "asaltos" y sus juegos besuqueiros de botellita giratoria, o la hora de los lentos cuando los viejos por fin se retiraban del medio y se iban a dormir.
Abrazo de DJ romántico
Ella va a estar tan linda: (la risa al descubierto... y contagiosa, jejeje)
Sí, el maldito aprendizaje aunque sigamos tropenzado con la misma piedra y hasta los mismos corazones.
Besos nuevos
Conta Dora: Claro, y sobre todo si te enamorabas de Tristán
(por suerte a mí no me pasó, jajaja)
Besos mirando a los ojos
Publicar un comentario