viernes, 2 de enero de 2009

02. mensajes subliminales

No dormí en toda la noche.
Mientras las estrellas desaparecían para dejar lugar a una tormenta de mentiras (oh, casualidad), me puse a hacer un poco de zapping para bajar la panza (de mi dedo pulgar derecho).
Cuando el recorrido a la grilla televisiva comenzaba por vigésima vez, decidí dejar el control y llamar durante el día para dar de baja al cable (cosa que sé que no voy a hacer).
Leí algunas revistas viejas del siglo pasado, escuché un poco de música suave y ochentosa, preparé dos veces un trago frío para que me hiciera compañía, jugué unos partidos de fútbol en la compu, y en el preciso momento que la ciudad comenzaba a iluminarse por la luz natural del astro rey… me quedé profundamente dormido.

14:30 – Me desperté por el estruendoso sonido que hizo mi estómago. No tenía ganas de salir a comprar nada para comer, por lo que miré en el interior de la heladera. Había dos yogures descremados que, obviamente, habían sido comprados por Fernanda.
Y mientras me los comía con un moderado placer, comencé a darme cuenta de la ausencia de su presencia. Realmente pensé que todo lo de ayer lo había soñado, pero ahora releyendo lo escrito, y descartando la posibilidad de ser un escritor sonámbulo, la realidad me golpea en la nuca.

Me conecto a internet y después de un rápido recorrido por las noticias ajenas, entro a mi casilla de correo y me encuentro con 248 mensajes nuevos.
Esta es la razón por la que desde tres días antes de la Nochebuena y hasta ahora, no había entrado a revisar mis mensajes. Claro que en algún momento tenía que hacerlo y el momento había llegado.
42 mensajes eran estrictamente futboleros y tenían que ver con la definición del campeonato argentino en manos de mi equipo de herencia. Y entre estos había un gran porcentaje de bromas pesadas e insultos amables.
118 eran mensajes navideños, repartidos entre postales, deseos repetidos, y palabras emocionalmente cursis.
17 eran publicidades.
12 eran propuestas para empezar el año de una manera distinta (y de hecho así fue).
Estos 189 mensajes fueron borrados de manera casi automática y con mucho cariño.

De los 59 mensajes que restaban y que pertenecían a este año, 57 tenían títulos como: “¿Qué pasó?”, “Te tengo que contar algo que vi", “Necesitamos saber cómo estás”, “Fernanda se fue con otro”, y “Antes de suicidarte lee esto”.

De los dos que quedan, uno es de Lucía para saber sin nos podemos encontrar para vernos y hablar el fin de semana.
El último es de Cristian preguntándome si es verdad que estoy haciendo un diario de mi vida, si me doy cuenta de lo peligroso que puede llegar a ser eso, y si nos podemos encontrar el fin de semana para hablar sobre el tema.

No sé si contestarles a los dos que “Sí” o que “No”.
Busco una moneda en el bolsillo y dejo que el azar decida hoy por mí.

A Lucía le contesto que “Sí”.
A Cristian también.

Ahora lo que lanzo al aire es una linda puteada al mismo tiempo que dejo salir volando la maldita moneda por la ventana.


¿Vos también dejarías que una moneda decidiera tu próxima jugada?

8 comentarios:

Recursos para tu blog - Ferip - dijo...

Con lo que cuenta conseguir monedas en Argentina ...vos la tiras????

Te sigo, Gastón-a-diario ;)

Gastón dijo...

Ferípula, tenés razón, pero tomalo como la buena acción del día
(si es que no le pegó a nadie en la cabeza)
Besos

Anónimo dijo...

nene, soy yo lore, era nada más para decirte que siento la ruptura con fer y que ahora ya sé que para las fiestas no te mando un solo mensaje más.
sos malo, pero igual te requiero.

besis
lore

Gastón dijo...

Lore, yo también te quiero y te agradezco que no me mandes más de esos mensajes borrables e inculposos, jajajajaja.

No, en verdad lo que sucedió es que estaba esperando que apareciera algo de Fernanda y bueno, nada, prometo leer todos los próximos mensajes festivos, cumpleañeros, santorales, cadenísticos y demás ocurrencias repetidas que me manden.

Besos, nena

Cecilia dijo...

No, a la pregunta.

Como parto de la base que contás tu vida y recién hoy me doy cuenta lo que pasó, francamente, me da cosa decir algo.

Te mando un beso grande y una expresión de deseo: que Lucía sea LA PERSONA para vos.

Y sigo tu historia.

Gastón dijo...

Cecilia: Y Baglietto que sigue cantando eso de que "la vida es una moneda".

Y con respecto a Lucía...
¡¡¡Esto recién empieza!!!
Veremos... Tiempo al tiempo...

Besos al azar

el_iluso_careta dijo...

siempre...

Manzana dijo...

comienzo a leer tu historia... preciento q voy a quedarme encerrada hasta terminarla... saludos!