Hoy me desocupé temprano en la editorial y aproveché entonces a comprar algunas cosas para llenar la heladera y la alacena.
Ya en casa, apenas terminé de ordenar todos los comestibles, dispuse la mesita en el balcón para quedarme contemplando el paisaje mientras me refrescaba con poca espuma, cuando sonó el timbre.
Juanmar es un tipo bonachón que siempre tuvo ocupación en la ciudad y descansaba en un campo que tiene por Saladillo. Desde hacía un año había dado vuelta la situación y ahora trabajaba en su campo y venía, cada tanto, a distraerse en la ciudad.
Y cuando le tocaban esas vacaciones impuestas por él mismo, también se obligaba a pasar a visitarme. Precisamente, este era uno de esos momentos y por eso sonó el timbre.
—¡Estoy destruido! —disparó sin tiempo a nada.
—¿Qué te pasó? ¿Por qué?
—Me dejó la Negra —dijo con los ojos llenos de lágrimas.
—¿Se murió?
Juanmar es soltero. Pero hace un año y pico, en una de sus escapadas al campo, conoció a la Negra, una mujer madura, hermosa y casada, pero que andaba en crisis con su marido, siempre trabajando de sol a sol y con muy poca atención en su esposa. Juanmar, que es un tipo entrador, simpático y, sobre todo, galante, comenzó a tratar con ella, a quien enamoró en pocos días, comenzando de esta manera una relación prohibida y pasional.
Juanmar siempre se aparecía con regalos, sencillos pero efectivos. Un ramo de flores, un perfume, algún libro, no sé, cosas simples, nada descomunal. Y teniendo en cuenta que el marido de ella lo único que le regalaba era soledad y algún que otro maltrato, la aparición de Juanmar le abrió el corazón, entre otras cosas.
Durante un largo tiempo mantuvieron esta relación clandestina, que se agudizó cuando él se fue a vivir a su campo en Saladillo. Las visitas eran mucho más frecuentes y el amor se respiraba siempre a escondidas.
Pero, según las últimas noticias, el campo comenzó a andar para atrás, había menos trabajo, y él dueño de casa comenzó a llegar más temprano a su rancho. No es que los descubrió in fraganti, pero sí comenzó a darse cuenta que estaba descuidando demasiado a su bella esposa. Entonces para compensar ese abandono, un día se apareció con un enorme ramo de rosas. La Negra sentía que se le salía el corazón por la boca, entre otras cosas.
Su hombre, su marido, su amor legal, volvía a ser aquel que la enamoró en tiempos tempranos, y ella lo recibía nuevamente y gustosa entre sus brazos, entre otras cosas.
—¡Estoy destruido! —disparó sin tiempo a nada.
—¿Qué te pasó? ¿Por qué?
—Me dejó la Negra —dijo con los ojos llenos de lágrimas.
—¿Se murió?
—No, peor que eso… ¡Regresó con su marido!
—Sí, querido Juanmar. Las mujeres son así… Vos le das todo y, aunque al principio les gusta, después ya se acostumbran a eso. En cambio el otro, ese tipo que no les da ni cinco de bolilla, un día se le ocurre, no sé, darle un beso simplemente, y ellas mueren nuevamente por él, sin saber que si volvieron a estar juntos, es gracias a nuestros buenos trabajos como amantes.
Hasta altas horas nos quedamos sentados en el balcón, en silencio, contemplando la ciudad e imaginando las reconciliaciones que se deben estar dando en estos precisos instantes, gracias a los oficios piratas.
jueves, 15 de enero de 2009
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13 comentarios:
Mirá yo creo en el amor "para toda la vida" - que Dios disponga-. Y de lo que escribiste rescato que para que sea para "toda la vida" ambos protagonistas (marido y mujer en este caso) tienen que "estar de acuerdo" en "trabajar" para que así sea.
Si viene un hombre como tu amigo y la señora agarra viaje, para mi algo no está bien.
Será que creo en la fidelidad, en el amor para toda la vida y no engañé a nadie y tampoco lo haría a esta altura del partido.Además de que creo que cuando las cosas no funcionan se tienen que terminar, porque engañar lastima a quien aún nos ama y, en mi caso, no lo haría pq no me miento a mi misma.
Por eso, esto que contás, no me cierra. Además de no gustarme tampoco, habiendo tantas mujeres divinas y solas.Pero quizá a tu amigo le gusten las aventuras.
Cecilia: Entiendo tu comentario, pero te aclaro que mi amigo Juanmar es buenazo, y lo único que hizo fue enamorarse, sí ENAMORARSE de una mujer que estaba "prohibida".
Y la mujer, la Negra, no es que agarró viaje, sino que su marido la dejó ir. Claro, se dio cuenta de su ausencia, de su lejanía, de su propio error, cuando la descubrió tan sonriente porque había vuelto a florecer.
Y a ella, otra vez el corazón le latió cuando su hombre regresó, y ella estaba ahí para volver a recibirlo.
Es una buena historia de amor...
Pero yo la sufro junto a mi amigo.
Besos
Gracias estimado Gaston por estas historias de Juanmar que se asemejan mucho a muchas otras que a diario vivimos.
Un abrazo y excelente tu narrativa!!!!
Interesante tu relato como siempre .Creo que él fue y estuvo equivocado . El comenzar algo con alguien que dice que tiene problemas y aceptarlo no lleva a nada le hicieron lo mismo que el hizo. El karma vuelve No hagas lo que no quieres que te hagan
Placer leerte nuevamente escritor nos hacías falta
Gastón:entendí mal por el final de post.Pensé que tu amigo no se había enamorado.
De todas maneras creo yo que estas cosas nos pasan en la vida para que aprendamos y crezcamos.
Beso!
...ainnnsss
...hoy, si me permites, no comento.
...jaja
Un abrazote.
...y mira que tengo ganas de comentar ...eh?...pero no...que no
Ricardo: Gracias por tus palabras.
Pero bueno, no se trata más que de vidas (como la tuya, como la mía, o que la propia de Juanmar) con las que nos identificamos o aprendemos a diferenciarnos.
Abrazo de vida
Recomenzar: Son historias que suceden... Creo que vos sabés que en estos casos, muchas veces y sobre todo en este caso, no hay malas intenciones.
El karma enseñará...
El alma volará...
El tiempo curará...
Besos para vos, querida
Cecilia: Precisamente esa es la clave de esta historia de Juanmar y la Negra.
Te aseguro que él se enamoró.
Es verdad que quizás no empezó del todo bien por sentir tanto por una mujer que ya estaba casada, pero...
Pero como vos muy bien decís: "...estas cosas nos pasan en la vida para que aprendamos y crezcamos".
Besos sinceros
Nadaq: Tu no comentario dice tantas cosas... jajajaja.
Te mando un beso enorme, hermosa
Nos complicamos la vida. Eso es lo que pasa. Y cuando no lo hacemos, nos pasamos de aburridos. Pero creo que muchas veces es mejor quedarse con las ganas y no complicarse nada.
José Roberto Coppola
Gastón, creo que contaste bien mi historia, aunque no se si me defendiste o no, jejeje.
Nada, en verdad quiero aclarar que sí, me enamoré y en su momento no me importó que fuese casada.
Ahora llegó el tiempo de sufrir pero también de sanar pronto.
Gastón, te mando un abrazo y a ver cuando te venís a comer un buen asado de esos que te gustan.
Juan Martín, o Juanmar según mi amigo Gastón
Ay, Gastón, que fácil es juzgar, pero hay que estar alli, en el lugar en los dos para saber y coprender...
Un beso para vos y un abrazo para Juanmar.
Terapia de piso: Bueno... hay complicaciones que valen la pena (sobre todo cuando hay latidos de por medio).
Y algunas veces estos tropezones y/o adrenalina es la que demuestra un poco si seguimos vivos o no.
Abrazo simple
Juanmar: Sí, te defendí, che!!! Jajajaja.
Espero que en verdad te recuperes pronto, y si para eso tengo que "sacrificarme" e ir a probar tus exquisitos asados, pues allá me tendrás, querido amigo.
Abrazo grande como nuestra amistad
Gemma: Siempre pasa que de afuera se ven otras cosas, y hasta ciertas facilidades, pero la verdad es esta, Juanmar se enamoró de la Negra, y aunque ella también, había dejado un lugar reservado (e importante) por si regresaba aquel hombre, su primer hombre... y supongo que último hombre.
Besos desde adentro
Como no recordaba la primera teoría de la relatividad vine a leerla. Sabés qué se me ocurre? Que el reencuentro de la Negra con su marido va a durar poco...no sé , no es que yo lo sepa por experiencia propia, no , no, nada que ver...
¡Pero que maravilla leer todo este blog desde el principio! Y con los comentarios de los amigos, no tiene precio. Sí te decides a publicarlo como libro algún dñia, por favor inclúyelos, que también le dan su magia =).
La historia de tu amigo, ah, creo que yo que es más común de lo que quisierámos creer, y para algunas de las partes termina felizmente, mientras para otras, como en este cais, como en este caso Juanmar, termina en una tragedia. Pero bueno, mientras haya valido la pena el momento de sentirla, y además, al final tener a alguien como tú que la haya sufrido con él, ¿qué más da?
Un abrazo, y seguro, seguiré leyendo =).
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